Nuestro sistema solar y sus planetas: Venus
Si consideramos la distancia desde nuestra estrella, Venus es el segundo planeta del sistema Solar y uno de los más cercanos a nuestro Sol. Se caracteriza, además, por ser un planeta bastante pequeño como superficie si comparado a los demás. Su composición no es muy diferente de nuestra Tierra, ya que se trata de un planeta rocoso y terrestre, con una masa parecida a la de nuestra esfera.
Presenta una presión atmosférica muchas veces superiores a la de la Tierra y por esa característica es el primer planeta por presión entre los rocosos. Su atmósfera absorbe una gran cantidad de calor solar, debido a su cercanía con nuestra estrella y a los elementos de composición de su aire, entre los que destaca el dióxido de carbono.
El planeta Venus recibió el nombre de la diosa romana del amor y en el sistema solar es el segundo planeta desde el Sol. Resulta curioso pensar que un día del planeta venusino equivale a 243 días terrestres, lo que lo hace el planeta con el día mas largo de todo nuestro sistema solar. Y, su rotación es diferente de los otros planetas, ya que sigue el sentido horario y todo esto implica que durante un día en este planeta, el sol sale del oeste y desvanesce por el este.
En el pasado, se creía que un día venusiano duraba cuatro días, antes de que se enviaran naves no tripuladas que estudiaron la superficie del planeta a través de radar. Su posición relativamente cercana al Sol, le permite ser visto desde la Tierra pocas horas antes de la salida del Sol, (el orto), en algunos meses del año, o pocas horas después de la puesta del Sol, (ocaso). Sin embargo, Venus es un objeto celeste bastante brillante visible incluso durante las horas diurnas y sin la ayuda de un telescopio, puesto que junto a la Luna y el Sol puede verse a simple vista.
Cuando Venus resulta visible en el cielo nocturno produce bastante luz y tras la Luna es el objeto más luminoso. De hecho es conocido como el Lucero del Alba y el Lucero Vespertino, es decir, estrella de la mañana y de la tarde.
Es cierto que Venus ya se conocía desde tiempos inmemorables. Las poblaciones precolombinas, entre los que había los Mayas, elaboraban sus calendarios astronómicos teniendo en cuenta los movimientos planetarios, incluso los ciclos de Venus. El planeta debe su nombre a la diosa romana del amor; de esto se han originado los adjetivos venusiano/a o venusino/a para indicar propriedades o rasgos asociables a Venus o generalmente al universo femenino. Otro adjetivo común es venéreo, principalmente utilizado para referirse a las enfermedades transmitidas sexualmente. Venus y la Tierra son los únicos planetas con nombre femenino procedentes de la mitología antigua.
Venus en el sistema solar
Venus se encuentra entre Mercurio y la Tierra y le separa del Sol una distancia de 108.200.000 kilómetros. Su tamaño es poco inferior que nuestro planeta y está caracterizado por tener una atmósfera densa y nubosa y su temperatura puede alcanzar los 482 grados centígrados. Cuando hablamos de tránsitos de Venus nos referimos al movimiento de traslación que el planeta realiza, colocándose entre el Sol y la Tierra es posible observarlo como una mancha negra que se mueve sobre la superficie del Sol.
Las órbitas hasta ahora conocidas tienen un recorrido elíptico, mientras en el caso de Venus se puede afirmar que su órbita es más bien una circunferencia. Su período orbital es de 584 días y el planeta regresa al mismo punto en el que aparece en el cielo cada ocho años.
Su rotación es de sentido horario si consideramos como referencia el norte y el movimiento aparente de este a oeste y no al revés, como ocurre en los otros planetas. Una rotación completa del planeta venusino tarda más de 243 días terrestres y todavía no se conoce el motivo de su peculiaridad. Si alguien pudiera mirar desde el Sol a Venus, vería el planeta aparecer del oeste y posarse por el este. Otra caractéristica de Venus es que un año en su superficie, para nosotros terrestres, duraría menos de dos días.
Venus ofrece siempre la misma cara a la Tierra, también cuando los dos planetas, debido a sus movimientos orbitales, se encuentran cerca. Se cree que la sincronización de estas rotaciones es debida a efectos de marea y por consiguiente de su atracción gravitacional.
Composición de Venus y su atmósfera
Venus presenta una atmósfera compuesta principalmente por elementos cuales el dióxido de carbono y una cantidad menor de nitrógeno. La presión que se ejerce en la superficie del planeta es noventa veces mayor que la de la Tierra. La cantidad notable de dióxido de carbono provoca en el planeta un efecto invernadero que aumenta la temperatura de los gases del aire hasta más de 460° en las regiones cercanas al ecuador.
La particular atmósfera venusina y los fuertes vientos que transportan los gases del aire, hace que la variación de temperatura entre el día y la noche es mínima. De hecho, las fuertes corrientes del planeta no sólo se ocupan de distrubuir el calor de manera horizontal, sino también vertical llegando en las zonas de los respectivos polos. El agua y el vapor tienen un nivel mínimo en el planeta que al estar cerca del Sol sufre un efecto invernadero desbocado que en el pasado que probablemente ha provocado la evaporación de los océanos en la atmósfera con las moléculas de agua que deben de haberse perdido en el espacio. Otra opción es que desde su creación Venus siempre ha tenido poca agua.
Sin embargo, a pesar de su cercanía al Sol, la superficie de Venus no se calienta como se esperaría. La radiación recibida por el Sol traspasa las nubes y es absorbida, en gran parte, por la atmósfera. Esto, junto con la presencia del dióxido de carbono, causa las elevadas temperaturas que se registran en este planeta.
Los vientos, en la parte más alta de las nubes, pueden alcanzar hasta los 350 km/h, aunque en la superficie resultan más lentos y débiles. Las nubes son, por una parte, una de las características principales del planeta, puesto que cubren la mayoría de la superficie de los ojos externos, escondiendo los detalles del planeta. Estas nubes están formadas por dióxido de azufre y ácido sulfúrico. Venus es considerado el planeta más caliente de todo el sistema solar, las temperaturas de su superficie se mantienen siempre alrededor de los 400°; mientras en la zona superior de las nubes la temperatura baja incluso hasta los -45°.
Historia de las observaciones
Las observaciones del planeta remontan a los babilonios que conocían Venus como «Nindaranna». Mientras los sumerios lo llamaron «Dil-bat»; puesto que en la ciudad mesopotámica de Akkad era la estrella de la madre diosa Ishtar. Venus era considerado por los Mayas la gran estrella, o sea «Chak ek».
Los griegos, erróneamete, creían que dos había dos Venus en el cielo durante todo el día. El Venus que aparecía del Oeste le llamaban «Hesperus», mientras el que aparecía del este al amanecer era «Phosphorus».
La órbita venusina se desarrolla entre la Tierra y el Sol, de una manera muy parecida a la de la Luna. Por este motivo de nuestro planeta se pueden distinguir las varias fases de Venus. Se cree que la primera persona en observar las fases del planeta fue Galileo Galilei. El estudioso italiano anotó incluso los cambios en las dimensiones del diámetro venusino según sus faces crecientes y decrecientes. Las observaciones de Galilei asentaron las bases para la teoría heliocéntrica de Copérnico.
Las fases de Venus son como las de la Luna, en su fase completa parece menor porque se encuetra más alejado con respecto al Sol. Su magnitud o brillantez se presenta en la fase más creciente y las varias fases del planeta se repiten durante un periodo de 1,6 años. Las observaciones se prolongaron hasta el siglo XIX, cuando algunos astrónomos declararon que la rotación venusina era alrededor de 24 horas. Otro astrónomo italiano, Giovanni Schiaparelli, teorizó una rotación menor a la sobredicha, creyendo que la órbita de Venus estaba bloqueada por el Sol. Sólo después observaciones sucesivas, con radar y tecnologías sofisticadas, se llegó a saber que la rotación de Venus era retrógrada.
A pesar de las misiones más recientes, entre las que destaca la de la sonda Magallanes, que estudió más detalles de la superficie del planeta, Venus todavía no nos ha abierto sus puertas y sigue escondiendo indiferente sus misterios.