La formación del polvo cósmico

18 Sep 2015

From the OSR Blog

Según las teorias astronómicas actuales, las galaxias tuvieron su origen en grandes conglomerados de gas y polvo cósmico que giraban lentamente, fragmentándose en vórtices turbulentos que se condensaban en estrellas.

En algunas regiones donde la formación de estrellas fue muy activa, el gas y casi todo el polvo fue a parar de una estrella a otra. Poco o nada de este material quedó en el espacio intermedio. Esto es cierto para los cúmulos globulares, las galaxias elípticas y el núcleo central de las galaxias espirales.

Dicho proceso fue menos eficaz en las afueras de las galaxias espirales, donde las estrellas se formaron en números mucho menores y sobró mucho polvo y mucho gas. Nosotros, los habitantes de la Tierra, estamos en los brazos espirales de nuestra galaxia y vemos las manchas oscuras que proyectan las nubes de polvo contra el resplandor de la Vía Láctea. El centro de nuestra galaxia queda completamente oscurecido por tales nubes.

¿De qué está formado el material interestelar?

El material de que está formado el universo consiste principalmente en helio y hidrógeno. Los átomos de helio no suelen juntarse entre sí, pero los del hidrógeno sí, formando moléculas de hidrógeno conocidas como (H2). Quiere decirse que la mayor parte del material que flota entre las estrellas consiste en pequeños átomos de helio o en pequeños átomos o moléculas de hidrógeno. Todo ello constituye el gas interestelar que forma la mayor parte de la materia entre las estrellas.

El polvo interestelar o cósmico, que se halla en cantidades mucho más pequeñas, se compone de particulas diminutas, pero mucho más grande que átomos y moléculas, y por tanto deben contener átomos que no son ni de hidrógeno ni de helio.

El tipo de átomo más común en el universo, después del hidrógeno y del helio, es el oxígeno. Este elemento se puede combinar con el hidrógeno para formar grupos oxhidrilo (OH) y moléculas de agua (H2O), que tienen una marcada tendencia a unirse a otros grupos y moléculas del mismo tipo que encuentren en el camino.

Así, poco a poco se van constituyendo pequeñísimas partículas compuestas por millones y millones de tales moléculas. Los grupos oxhidrilo y las moléculas de agua pueden formar parte del polvo cósmico.

En 1965, se comenzó a estudiar la distribución de estos grupos moleculares en el espacio y desde entonces se ha descubierto la presencia de moléculas más complejas, que contienen átomos de carbono así como de hidrógeno y oxígeno. Sin embargo el polvo cósmico tiene que contener también otras agrupaciones atómicas formadas por átomos aún menos comunes que los de hidrógeno, oxígeno y carbono. En el espacio interestelar se han detectado átomos de calcio, sodio, potasio y hierro, observando la luz que esos átomos absorben.

La breve vida de los cometas

Dentro de nuestro sistema solar hay un material parecido, aportado quizás por los cometas. Es posible que fuera de nuestro sistema solar exista una capa con un gran número de cometas, y que algunos de ellos se precipiten hacia el Sol, (quizás por los efectos gravitatorios de las estrellas cercanas).

Los cometas se presentan como conglomerados sueltos de diminutos fragmentos sólidos de metal y roca, unidos por una mezcla de hielo, metano y amoníaco congelados y otros materiales parecidos.

Cada vez que un cometa se aproxima al Sol, se evapora parte de su materia, liberando diminutas partículas sólidas que se esparcen por el espacio en forma de larga cola. En última instancia el cometa se desintegra por completo.

A lo largo de la historia del sistema solar se han desintegrado innumerables cometas y han llenado el espacio del universo de polvo. La Tierra recoge cada día estas partículas de polvo y los científicos espaciales se interesan por ellas por diversas razones; una de ellas es que los micrometeoroides de mayor tamaño podrían suponer un peligro para los futuros astronautas y colonizadores de la Luna.