Nuestra Galaxia: la Vía Láctea

30 May 2015

From the OSR Blog

La Vía Láctea aparece como uno de los brazos espirales de la galaxia de la que formamos parte y es un conjunto de millones de estrellas, incluyendo nuestro Sol, en forma de girándula cuyas dimensiones se estiman en torno a los 100.000 años-luz. Su nombre es de carácter mitológico y proviene del aspecto lechoso que presenta. Se conoce también como Camino de Santiago y en el cielo nocturno se observa como una banda de luz que recorre todo el firmamento.

Historia de la Galaxia

En el pasado, el filósofo y matemático griego Demócrito le atribuyó la definición de un grupo de estrellas innumerables tan cercanas entre sí que resultaban indistinguibles. Siglos después Galileo, usando por primera vez el telescopio, confirmó lo que decía Demócrito mientras el astrónomo Herschel, algún tiempo después, afirmaba que la Vía Láctea era un disco estelar que englobaba la Tierra, pero no supo medir su tamaño.
Varios años después, en el siglo XX, primero la astrónoma Leavitt y después el estadounidense Shapley hablaron de cúmulos globulares, o sea, unas agrupaciones de estrellas viejas que parecían distribuidas con estructura más o menos esférica alrededor del centro del disco, en lo que denominó halo galáctico.

Estructura de la Vía Láctea

Las estrellas que componen la Vía Láctea ruedan alrededor de un núcleo, que se cree contener en su interior un agujero negro. No podemos ver el brillante centro porque se interponen materiales opacos, polvo cósmico y gases fríos que no dejan pasar la luz. Algunas observaciones astronómicas referidas a galaxias distantes han mostrado que la velocidad de rotación del Sol alrededor de la galaxia es de unos 250 km/s, empleando aproximadamente 250 millones de años para realizar una revolución completa. Las estrellas más cercanas al Sol realizan una rotación relativamente parecida, mientras las más próximas al centro de la galaxia giran más rápido, fenómeno que se conoce como rotación diferencial.
Se estima que la edad de la Vía Láctea es de unos 13 mil millones de años, dato que se desprende de ciertos estudios hechos sobre los cúmulos globulares y que concuerda con los resultados obtenidos por los geólogos que han analizado la desintegración radiactiva de algunos minerales terrestres.
Por medio de un mapa estelar se han reconstruido los brazos espirales de la Galaxia, zonas en las que es abundante el número de cúmulos estelares y de regiones de formación estelar. Estos brazos se nombran según las constelaciones en las que se encuentran. El brazo más cercano al centro es llamado del Centauro y el de al lado hacia el exterior es el de Sagitario. El brazo de Orion es nuestro brazo local y el brazo contiguo hacia el exterior se conoce como el de Perseo.
Las estrellas que forman parte de la galaxia se suelen dividir en dos grandes grupos, llamados comúnmente poblaciones. El grupo de la población I está formado por estrellas de composición solar, relativamente jóvenes, que se distribuyen alrededor del disco galáctico, dentro de sus brazos. Las estrellas de población II son ricas en hidrógeno y helio, son de mayor edad y tienen órbitas que no se encuentran dentro del disco galáctico.