Plutón: qué es, dónde se encuentra y sus características
Plutón es uno de los cuerpos celestes más fascinantes y misteriosos del Sistema Solar. Situado en sus confines más remotos, este planeta enano ha alimentado durante décadas la curiosidad, los debates científicos y los descubrimientos sorprendentes.
Desde su reclasificación en 2006 hasta la extraordinaria misión New Horizons, Plutón sigue revelando detalles inesperados sobre su naturaleza helada, sus orígenes y el papel que desempeña en el cinturón de Kuiper.
En este artículo exploraremos todas sus características, su ubicación, su historia y los descubrimientos que lo convierten en uno de los objetos más interesantes de la astronomía moderna.
¿Qué es Plutón y cuál es el significado de su nombre?
Plutón es un cuerpo celeste que pertenece a la categoría de los planetas enanos y representa uno de los objetos más fascinantes del cinturón de Kuiper, una región remota y helada más allá de la órbita de Neptuno. Hasta 2006 se consideraba el noveno planeta del Sistema Solar, pero una revisión de la definición de «planeta» por parte de la Unión Astronómica Internacional llevó a su reclasificación. A pesar de este cambio de estatus, Plutón sigue ocupando un lugar central en el imaginario colectivo y en la investigación científica gracias a su peculiar composición, su órbita elíptica y su entorno extremo.
El nombre «Plutón» tiene un fuerte significado mitológico: deriva del dios romano del inframundo, equivalente al Hades griego. La elección no es casual, ya que el planeta enano orbita en las zonas más oscuras y lejanas del Sistema Solar, casi escondiéndose en la oscuridad de sus profundidades. El nombre fue propuesto en 1930 por una niña inglesa, Venetia Burney, y obtuvo inmediatamente el consenso internacional gracias a su coherencia simbólica y a la tradición de dedicar a los cuerpos celestes nombres procedentes de la mitología clásica. Este vínculo entre la ciencia y el relato mítico contribuye aún hoy al encanto que rodea a Plutón, convirtiéndolo en uno de los descubrimientos astronómicos más emblemáticos del siglo XX.
¿Dónde se encuentra Plutón en el sistema solar?
Plutón se encuentra en las regiones más externas del sistema solar, concretamente dentro del cinturón de Kuiper, una vasta zona rica en objetos helados que se extiende más allá de la órbita de Neptuno. Esta región se considera una especie de «restos cósmicos», un área que conserva material primigenio que ha permanecido prácticamente inalterado desde la formación del sistema solar. Es precisamente aquí donde Plutón realiza su largo viaje alrededor del Sol, inmerso en un entorno extremadamente frío y poco iluminado.
Su distancia media al Sol es de unos 5900 millones de kilómetros, pero su órbita elíptica y muy inclinada hace que esta distancia varíe significativamente durante la revolución. En algunos puntos de la órbita, Plutón se acerca más al Sol que Neptuno, mientras que en otros se aleja aún más, llegando a regiones donde la luz solar es casi imperceptible. Esta configuración particular hace de Plutón un objeto único, capaz de mostrar características físicas y atmosféricas diferentes según su posición orbital.
Gracias a su ubicación en los confines del Sistema Solar, Plutón representa un importante punto de referencia para los astrónomos que estudian los cuerpos transneptunianos y la evolución de las regiones periféricas de nuestro sistema planetario. De hecho, su posición ayuda a comprender mejor la estructura del cinturón de Kuiper y los procesos que dieron forma a las zonas más remotas, dominadas por hielo, polvo y pequeños objetos celestes aún en gran parte inexplorados.
Plutón: ¿a qué distancia se encuentra de la Tierra y del Sol?
Plutón se encuentra a distancias extremadamente elevadas tanto de la Tierra como del Sol, distancias que varían significativamente debido a su órbita marcadamente elíptica.
De media, Plutón se encuentra a unos 5900 millones de kilómetros del Sol (equivalente a 39,5 unidades astronómicas). Sin embargo, en el punto más cercano de la órbita, el perihelio, puede descender a unos 4400 millones de kilómetros, mientras que en el punto más lejano, el afelio, puede alcanzar más de 7300 millones de kilómetros. Esta gran variación también influye en la tenue atmósfera de Plutón, que puede expandirse o casi desaparecer en función de la energía solar que reciba.
La distancia a la Tierra, por su parte, cambia continuamente porque ambos cuerpos giran alrededor del Sol. Por lo general, Plutón se encuentra entre 4300 y 7500 millones de kilómetros de nuestro planeta. En los momentos de máxima aproximación, la distancia es tal que la luz tarda unas cuatro horas y media en llegar hasta nosotros, mientras que en los periodos más lejanos el tiempo de viaje puede superar las seis horas.
Estas impresionantes distancias explican por qué Plutón es tan difícil de observar y por qué misiones como New Horizons han necesitado años de viaje para llegar hasta él.
¿Cuánto tiempo se tarda en llegar a Plutón?
Llegar a Plutón requiere mucho tiempo, incluso utilizando la tecnología espacial más avanzada de la que disponemos hoy en día. La gran distancia que lo separa del Sol y de la Tierra, junto con la complejidad de las trayectorias interplanetarias, hace que el viaje a este planeta enano sea una empresa que requiere años de planificación y de viaje.
Un ejemplo concreto es la misión New Horizons de la NASA, la única sonda que ha llegado a Plutón. Lanzada en enero de 2006, tardó unos nueve años y medio en llegar a su destino, realizando un sobrevuelo cercano en julio de 2015. Este resultado fue posible gracias a una trayectoria extremadamente eficiente y a una potente asistencia gravitatoria obtenida al pasar cerca de Júpiter, lo que aumentó significativamente la velocidad de la sonda.
En teoría, la duración del viaje a Plutón puede variar en función de varios factores, entre ellos
- Tecnología de la nave espacial: unos propulsores más avanzados reducirían la duración del viaje;
- Ventana de lanzamiento: una alineación favorable de los planetas permitiría un trayecto más corto;
- Tipo de misión: un sobrevuelo rápido, una órbita o un aterrizaje requerirían tiempos y maniobras diferentes.
Hoy en día, un viaje directo a Plutón requeriría entre 8 y 12 años, dependiendo de la misión. Se trata aún de tiempos muy largos, pero representan un resultado extraordinario si tenemos en cuenta la inmensidad del Sistema Solar y las enormes distancias que hay que recorrer.
Plutón: todas sus características
Plutón presenta una serie de características únicas que lo convierten en uno de los objetos más fascinantes del Sistema Solar, a pesar de su reducido tamaño y su extrema distancia del Sol. Aunque está clasificado como planeta enano, muestra una sorprendente complejidad, tanto en su superficie como en su atmósfera y estructura interna.
Desde el punto de vista físico, Plutón tiene un diámetro de unos 2377 kilómetros, menos de la mitad que la Luna, y una masa que equivale a una pequeña fracción de la Tierra. Su composición está formada principalmente por hielo de agua, metano y nitrógeno, mezclados con rocas y materiales congelados que se comportan casi como minerales a esas temperaturas. La superficie alterna regiones llanas, montañas de hielo de hasta 3-4 kilómetros de altura y vastas llanuras formadas por hielo de nitrógeno, como la famosa Sputnik Planitia, una de las zonas más estudiadas por los astrónomos.

La atmósfera de Plutón es fina y dinámica. Compuesta principalmente por nitrógeno y trazas de metano y monóxido de carbono, se expande cuando Plutón se acerca al Sol y tiende a colapsar cuando se aleja, lo que da lugar a variaciones estacionales extremas. En cuanto al clima, las temperaturas son de las más bajas del Sistema Solar, alcanzando unos -230 °C, valores que congelan casi todos los compuestos volátiles presentes en la superficie.
Otra característica relevante es su órbita altamente elíptica e inclinada, que hace que varíe considerablemente la distancia al Sol e incluso que cruce la órbita de Neptuno en algunos periodos. Plutón también forma un sistema doble con su satélite mayor, Caronte, tan grande y cercano que ambos giran alrededor de un centro de gravedad común situado fuera del propio Plutón.
En conjunto, Plutón es un mundo glacial complejo, dinámico y aún en gran parte misterioso, que sigue ofreciendo pistas fundamentales para comprender el cinturón de Kuiper y los procesos que han modelado las regiones más remotas de nuestro Sistema Solar.
¿Por qué Plutón ya no se considera un planeta?
Plutón dejó de considerarse un planeta en 2006, año en el que la Unión Astronómica Internacional redefinió con precisión los criterios necesarios para determinar qué se puede definir como planeta. Esta decisión surgió de la necesidad de distinguir a Plutón de otros muchos objetos descubiertos en el cinturón de Kuiper, muchos de ellos similares en tamaño y características.
Según la definición oficial, un planeta debe orbitar alrededor del Sol, tener forma esférica y, sobre todo, ser el cuerpo dominante de su órbita. Plutón cumple los dos primeros requisitos, pero no el tercero. No tiene masa suficiente para «limpiar» la zona en la que se mueve y comparte su región orbital con muchos otros cuerpos helados del cinturón de Kuiper. Esto significa que no ejerce un control gravitatorio dominante, a diferencia de los principales planetas del Sistema Solar.
Por esta razón, Plutón ha sido reclasificado como planeta enano, una categoría intermedia que incluye cuerpos celestes lo suficientemente grandes como para ser esféricos, pero no lo suficientemente masivos como para gobernar su propia órbita. A pesar del cambio de estatus, Plutón sigue siendo uno de los objetos más fascinantes y estudiados del Sistema Solar, gracias a sus características únicas y a los descubrimientos revelados por la misión New Horizons.
Misión New Horizons: la misión espacial dedicada a Plutón
La misión New Horizons representa una de las hazañas más extraordinarias jamás realizadas en la exploración del Sistema Solar, y fue la primera misión espacial diseñada para alcanzar y estudiar Plutón de cerca. Lanzada por la NASA en enero de 2006, la sonda partió con el objetivo de llenar un vacío de conocimiento sobre uno de los mundos más enigmáticos y remotos de nuestro sistema planetario.
Gracias a una trayectoria extremadamente eficiente y a una aceleración obtenida mediante la asistencia gravitatoria de Júpiter, New Horizons se convirtió en una de las sondas más rápidas jamás construidas, completando el viaje a Plutón en unos nueve años y medio.
El sobrevuelo de julio de 2015 cambió radicalmente nuestra comprensión de Plutón. Imágenes y datos enviados a nuestro planeta Tierra han revelado un planeta enano mucho más complejo de lo que se imaginaba anteriormente: montañas de hielo de kilómetros de altura, vastas llanuras de nitrógeno congelado, signos de actividad geológica reciente y una atmósfera dinámica en constante transformación. Entre los descubrimientos más sorprendentes se encuentra la famosa Sputnik Planitia, una vasta zona en forma de corazón que se ha convertido en un símbolo de los nuevos conocimientos sobre Plutón.
New Horizons no se detuvo tras el sobrevuelo. La sonda continuó su viaje por el cinturón de Kuiper, estudiando otros objetos remotos y contribuyendo a ampliar nuestra comprensión de las regiones periféricas del Sistema Solar. La misión demostró lo misteriosas que son las fronteras de nuestro sistema y cómo cada nuevo logro puede revolucionar lo que sabemos sobre el origen y la evolución de los cuerpos celestes más alejados del Sol.