Los mares lunares
No todos saben que existen mares lunares y que además son visibles a simple vista desde nuestro planeta. Pero cuidado: que nuestra imaginación no nos juegue una mala pasada imaginando extensas zonas de agua salada, agitadas por grandes y numerosas olas en la superficie lunar. La falta de una atmósfera consistente evitó que se creara una hidrosfera en nuestro satélite natural.
Si una noche de cielo limpio, es decir, sin nube alguna, miramos al cielo y observamos la Luna, podremos distinguir distintas manchas en ella e incluso algunos cráteres distribuidos por zonas más claras y otras más oscuras. Pues bien, esas más oscuras son a las que los expertos denominan los mares lunares, que son areas de enorme extensión y de escasa pendiente, que a simple vista las apreciamos con tonalidades oscuras debido a que están formadas por rocas ígneas básicas similares en composición en las terrestres, rodeadas de montañas. Se configuran como planices conformadas por afloramientos basálticos en erupciones provocadas por impactos de meteoritos. También son definidas como cuencas bajas de contornos casi circulares rellenadas de lava.
¿Por qué se denominan mares?
Seguramente habrá quien se pregunte la razón por la que se denominan mares (mare, en latín y en plural se dice marias) a estas explanadas rodeadas de montañas si no poseen ninguna masa de agua salada en su interior. Buena observación. El hecho es que cuando la astronomía aún contaba con instrumentos precarios para escudriñar el cielo, los astrónomos observaron esas regiones oscuras y, por comparación con cómo se observaban nuestros mares por la noche, creyeron que estaban viendo mares. Por eso los llamaron así. Son fácilmente distinguibles en la superficie de la Luna debido a su color oscuro, ya que reflejan menos la luz del Sol que las zonas lunares altas. Su suelo se creó a lo largo de miles de años por el impacto de meteoritos en la superficie que perforaron la corteza del satélite, produciendo enormes cuencas de impacto, las cuales fueron luego rellenadas por magma procedente del manto lunar. Al conjunto de mares lunares se le denomina maria.
Conforme avanzó la tecnología se pudo corregir el error pero se conservó la denominación, permaneciendo así nombres tan poéticos como el Mar de la Serenidad o el Mar de la Tranquilidad. Precisamente en este último aterrizó por primera vez en la historia de la humanidad, el hombre en la Luna. Ocurrió en 1969, durante la misión norteamericana Apolo XI. Los primeros seres humanos en pisar la Luna fueron Neil Armstrong y Elwin Aldrin. Además de realizar distintos experimentos, recogieron doscientos kilogramos de sedimentos lunares.
Pues bien, este tipo de mares (rocosos) no son exclusivos del satélite terrestre sino que en el Sistema Solar también se encuentra en otros planetas tales como Venus o Júpiter. Respecto a los mares de agua líquida, también es posible que en nuestra galaxia se den, conforme la astronomía vaya avanzando en sus análisis y estudios.
Así, en Noviembre de 2011, la revista Nature informaba del hallazgo de mares subterráneos en una de las 65 lunas de Júpiter, Europa. Algunos de ellos, como los terráqueos, parecen tener una composición salada. La pregunta no se ha hecho esperar: si en la Tierra el agua es vida, ¿en esa Luna, o en otras, habrá vida, aunque sea subterránea?