¿Cómo nació el calendario?
Aunque no lo pensamos a menudo, en nuestra rutina diaria utilizamos términos y palabras que provienen de la Astronomía. Lo hacemos sobre todo cuando queremos medir el tiempo; así que nos referimos a la palabra día para indicar el tiempo que necesita nuestro planeta para girar sobre su eje, mientras que hablamos de mes, que es el tiempo que la Luna tarda en dar una vuelta alrededor de la Tierra. En fin, un año es el tiempo que requiere la Tierra en terminar una vuelta entorno al Sol.
Estas tres entidades son las que forman un calendario. Éste es como un punto de referencia para conocer las temporadas del año, es decir los periódos más calurosos y fríos de todos los 365 días que forman el año. Pero, esta invención por ejemplo, pudo servir también a los campesinos para saber cuál era el momento más apropriado en el que sembrar o hacer la cosecha, o además decirnos cuándo habrá días de fiesta y muchas más cosas.
El invento del calendario: de los egipcios a los romanos
Aunque el calendario se basa generalmente en hechos astronómicos, no todos ellos tienen el mismo «punto de referencia» desde el cual se comienzan a contar los años. Esto depende de las distintas culturas que poblan la Tierra, cada cual con sus creencias religiosas y tradiciones. A pesar de eso, digamos que todos los calendarios funcionan de la misma manera, a veces ocurre que alguna población dé más importancia a un día del año considerado como sagrado, por que debería ocurrir algo raro, como el cumplimiento de alguna profecía, pero hasta ahora eso nunca ha pasado.
Pero, ¿de dónde nace nuestro calendario? Es muy probable que fueron los egipcios a inventar este instrumento de medición del tiempo. Ya se sabía, en el Egipto antiguo, que el Sol tardaba 365 días y cuarto para regresar en el mismo punto del cielo. Este sistema de medición fue tomado como ejemplo por los Romanos, durante la época de Julio César.
Antes del nuevo instrumento egipcio, el tiempo en Roma se basaba en una especie de calendario lunar, compuesto por 304 días y 10 meses que comenzaba en Marzo y terminaba en Diciembre. Pero aparecía como un calendario imperfecto, ya que había que añadir continuamente días, por decisiones del Senado, con el fin de equilibrar las temporadas con los meses. Después de algún tiempo, el emperador dió la orden al astrónomo Sosígenes de Alejandría de constituir un nuevo calendario solar, basado esta vez en 365 días, como el calendario egipcio.
El calendario querido por César empezó a funcionar en el 45 a.C. , 709 años después de la fundación de Roma. Este nuevo instrumento, que los Romanos conocían como calendario Juliano, preveía un día más cada cuatro años, precisamente al final de Febrero, o como decían los Romanos, antes de las Calendas de Marzo.
El emperador César, no pudo gozar mucho de este calendario, por que murió asesinado después de poco tiempo, pero en su honor consiguió que el mes Quintilis (quinto mes) se llamase Julio. Lo mismo ocurrió con el emperador Augusto, de hecho el sexto mes, Sextilis, pasó a ser Augusto.
Historia del 25 de Diciembre y el Solsticio de Invierno
Si en cambio, queremos buscar el origen de nuestra época, tenemos que remontarla al nacimiento de Cristo. Estamos acostumbrados a celebrar la Navidad el 25 de diciembre, aunque hay que saber que Jesús no nació exactamente en aquel día.
Se cree que Jesús nació entre la primavera y el verano entre los años 7 a 5 a.C. Esto es posible debido a un error de cálculo; ya que fue por culpa del monje erudito Dionisio el Exiguo, que desde el año 525 empezó a contar atrás usando el método de los Romanos, hasta llegar al año de nacimiento de Jesús.
El monje cometió dos errores en sus complejas calculaciones. Utilizó el número cero, equivocándose, ya que el cero no tenía su término equivalente en los números romanos, puesto que era una novedad de los indios, traspasado a nuestra cultura por medio de los árabes. Su segunda falta fue no considerar los cuatro años que el emperador Augusto gobernó en Roma bajo su verdadero nombre, Octavio.
Pero, ¿Por qué el nacimiento de Jesús fue fechado el 25 de diciembre? En tiempos remotos, antes del nacimiento del Mesías y de los Romanos y de las primeras poblaciones, tenía una notable importancia el día más corto del año conocido como el Solsticio de Invierno. En este día era creencia común saber que el Sol vencía la oscuridad y volvía a ocupar de nuevo su sitio en el cielo.
De hecho, muchos hallazgos prehistóricos están dedicados a la salida del Sol durante el Solsticio. Basta con pensar en Stonehenge, que debería considerarse como un templo funerario y no como un observatorio astronómico como muchos estudiosos creen.
Los romanos conocían a esta fiesta con el nombre de Sol Invictus, fiesta pagana que pasó a celebrarse incluso en Oriente, en la cual se distribuían regalos a los niños y a las familias. Sin embargo, después de la fundación de la iglesia romana, los cristianos comenzaron a celebrar la festividad del Solsticio Invictus como día del nacimiento de Jesús. La Navidad, fue, en fin, impuesta durante el 25 de diciembre por el emperador Costantino en el año 330.
Pronto, muchos se dieron cuenta que el calendario Juliano presentaba algunas fallas: se adelantaba de casi diez minutos más respecto al año astronómico. El error fue observado por primera vez durante el Concilio de Nicea, en 325, donde se intentó establecer el día del equinocio de Primavera para calcular la llegada de la Pascua.
El domingo de Pascua representa una importante referencia para los cristianos y para el calendario eclesiástico. Ya sabemos que el comienzo de la Semana Santa y por consiguiente de la Pascua no es igual todos los años. Durante el Concilio de Nicea, para resolver esta situación, pensaron en adelantar el Equinocio de Primavera del 25 de marzo al 21 del mismo mes. Moviendo estas celebraciones, variaron también las demás, así que el Solsticio de Invierno iba a ser el 21 de diciembre, pero el día de la Navidad quedó igual.
Cuando se introdujo el calendario Gregoriano, en 1583, se hicieron algunos cambios para arreglar todas las festividades y los acontecimientos naturales. El papa Gregorio XIII introdujo el primero de enero como comienzo anual, y decidió «anular» diez díaz en octubre, (del 4 al 15 de octubre), para determinar las temporadas. Estas modificaciones hicieron que el Solsticio invernal volviera a ser el 21 de diciembre, pero no todo el mundo aceptó las rectificas papales. Inglaterra, por ejemplo, no utilizó el calendario Gregoriano hasta el siglo XIII, mientras España no tuvo problemas. El calendario gregoriano, de momento, queda el calendario oficial de muchos países.