{"id":13193,"date":"2015-12-19T12:48:44","date_gmt":"2015-12-19T10:48:44","guid":{"rendered":"https:\/\/osr.org\/es\/?p=13193"},"modified":"2024-08-05T10:53:56","modified_gmt":"2024-08-05T08:53:56","slug":"el-ciclo-de-actividad-de-nuestra-estrella-el-sol","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/osr.org\/es\/blog\/astronomia\/el-ciclo-de-actividad-de-nuestra-estrella-el-sol\/","title":{"rendered":"El ciclo de actividad de nuestra estrella: el Sol"},"content":{"rendered":"
ndo sus misterios a los f\u00edsicos y a los estudiosos; pero a pesar de eso, en este art\u00edculo hablaremos del ciclo de actividad de nuestra estrella, que de alguna manera tiene cierta influencia en la Tierra.<\/p>\n
Ya en la \u00e9poca de Galileo,<\/strong> el astr\u00f3nomo italiano, durante algunas de sus observaciones, descubri\u00f3 que el Sol presentaba manchas<\/strong> en su superficie, pero su teor\u00eda le acarre\u00f3 cr\u00edticas y miscreencias, puesto que se pensaba que el Sol era una estrella perfecta. S\u00f3lo hoy, tambi\u00e9n gracias a Galileo, sabemos que estas manchas existen y que son t\u00edpicas de nuestra estrella.<\/p>\n Otros estudiosos y curiosos se dedicaron a observar estas manchas, hasta que en 1843, el astr\u00f3nomo Henrich Schwabe,<\/strong> se dio cuenta que el n\u00famero de estas manchas era variable, ya que segu\u00eda un ciclo de unos diez a\u00f1os, que pod\u00eda variar entre siete y quince. Parece que el ciclo fue regular desde que se observaron las manchas, excepto durante un per\u00edodo conocido como \u00abm\u00ednimo de Maunder\u00bb.<\/strong> Y desde entonces, se cree que este ciclo solar pueda influir en el clima de la Tierra.<\/p>\n Los dos astr\u00f3nomos, es decir, Maunder y Sporer,<\/strong> hacia el final del siglo XIX,<\/strong> siguieron analizando los registros hist\u00f3ricos de las manchas solares, a las que intentaron aplicar el n\u00famero de Wolf,<\/strong> que es el que se utiliza actualmente para medir la cantidad y el tama\u00f1o de las manchas. Maunder y Sporer se dieron cuenta que en el per\u00edodo de 1645 <\/strong>y 1715<\/strong> no se observ\u00f3 ni una sola mancha en la parte del hemisferio norte del Sol. Durante todo el per\u00edodo sobredicho, que es conocido con el nombre de \u00abm\u00ednimo de Maunder\u00bb, se registr\u00f3 una reducc\u00edon de las auroras polares,<\/strong> adem\u00e1s de una reducida actividad de nuestra estrella.<\/p>\n Nadie se pudo explicar la desaparici\u00f3n de las manchas solares, y en el siglo XX,<\/strong> el astr\u00f3nomo estadounidense Eddy<\/strong> cre\u00f3 el nombre de \u00abm\u00ednimo de Maunder\u00bb<\/strong> para referirse a este per\u00edodo de treinta a\u00f1os caracterizado por una reducida actividad solar. A este intervalo de tiempo le correspondi\u00f3 una \u00e9poca muy fr\u00eda llamada \u00abpeque\u00f1a Edad de Hielo\u00bb<\/strong> que ocurri\u00f3 entre los siglos XVI<\/strong> y XVII.<\/strong> La temperatura, en aquella \u00e9poca, a pesar de no experimentar una reducci\u00f3n significativa, vio fen\u00f3menos de heladas y de nieve en zonas donde normalmente estos no ocurr\u00edan. Por ejemplo, en los pa\u00edses b\u00e1lticos, los puertos cerraron su actividad de manera anticipada porque el hielo se adelant\u00f3, y en Londres el T\u00e1mesis<\/strong> se congelaba durante todo el a\u00f1o.<\/p>\n Pero, seg\u00fan los cient\u00edficos, este contexto dif\u00edcil no depend\u00eda s\u00f3lo por la reducc\u00edon de la actividad solar, sino tambi\u00e9n por fen\u00f3menos de erupciones volc\u00e1nicas,<\/strong> y del consiguiente polvo, que, una vez en la atm\u00f3sfera, al no encontrar una intensa presencia de luz, causaba una reducci\u00f3n de la temperatura.<\/p>\n Los efectos de los ciclos solares, no afectaron s\u00f3lo el per\u00edodo del \u00abm\u00ednimo\u00bb, sino que se han extendido hasta hoy. Esto se puede ver gracias al trabajo de algunos estudiosos que han recogido, a lo largo del tiempo, datos suficientes como para afirmar que los ciclos solares<\/strong> siguen influyendo sobre nuestro clima terrestre.<\/strong> Por ejemplo, en algunos observatorios meteorol\u00f3gicos presentes en el hemisferio norte, se ha notado que durante la fase intensa de actividad solar, la lluvia se desplaza de latitudes, pasando, por ejemplo, de 60\u00b0-70\u00b0<\/strong> a 70\u00b0-80\u00b0<\/strong> de rango. Otra evidencia nos la da la presencia, en Reino Unido, de estaciones el\u00e9ctricas golpeadas por m\u00e1s rayos durante el m\u00e1ximo de actividad solar.<\/p>\n Ahora, hay que saber que la actividad solar se mide bas\u00e1ndose en el n\u00famero de manchas solares<\/strong> presentes en la superficie del Sol. Cuando las manchas en la superficie son muchas, quiere decir que el Sol est\u00e1 experimentando una fase de intensa actividad, emitiendo mayor cantidad de energ\u00eda en su alrededor. El n\u00famero de manchas no es costante, sino que var\u00eda en los a\u00f1os, por este motivo se habla de ciclos solares,<\/strong> que pueden durar m\u00e1s o menos once a\u00f1os.<\/p>\n Sin embargo, si tomamos en cuenta la polaridad magn\u00e9tica de las manchas, vemos que el ciclo solar no es de once sino de veintid\u00f3s a\u00f1os. Un ejemplo de este ciclo lo encontramos en la zona oeste de Estados Unidos,<\/strong> donde las sequ\u00edas son comunes, y se observa un aumento de estas sequ\u00edas dos o tres a\u00f1os despu\u00e9s del ciclo solar de veintid\u00f3s. Otra prueba nos la ofrece el menor crecimiento de los \u00e1rboles en algunas zonas del planeta, durante la reducci\u00f3n de la actividad solar. Sin embargo, todas estas consecuencias van a enriquecer los datos estad\u00edsticos, y pueden no bastar como para comprobar que los ciclos solares afecten, de alguna manera, las fluctuaciones del clima terrestre.<\/p>\n Entonces, la pregunta que nos ponemos es: \u00bf c\u00f3mo influyen los ciclos solares en nuestro clima ? Podemos afirmar que el Sol<\/strong> es nuestra fuente de energ\u00eda primaria,<\/strong> y a este prop\u00f3sito los estudiosos se han dado cuenta, por ejemplo, que el Sol, en su m\u00e1xima actividad, aumenta la emisi\u00f3n de luz ultravioleta. \u00c9sta, se difunde en la termosfera a una altura de unos 100 km,<\/strong> y es capaz de influir y regular incluso la producci\u00f3n de ozono (O3).<\/strong> El ozono, a su vez, puede afectar de alguna manera la corriente en chorro, es decir, el flujo de aire presente en el hemisferio norte. Adem\u00e1s, la radiaci\u00f3n que llega del Sol es responsable de la regulaci\u00f3n y del nivel de la tropopausa,<\/strong> o sea, aquella zona de aire entre la troposfera y la estratosfera.<\/p>\n Otro fen\u00f3meno debido a la actividad solar, y quiz\u00e1 m\u00e1s atractivo que los analizados hasta ahora, es el de las auroras polares.<\/strong> Las auroras se manifiestan cuando el cielo se pinta de miles de colores que se mueven de manera r\u00e1pida atravesando la atm\u00f3sfera terrestre. En realidad, se trata de peque\u00f1as part\u00edculas solares que penetran en el campo magn\u00e9tico<\/strong> terrestre. Estas part\u00edculas se producen como consecuencia de erupciones solares,<\/strong> y son m\u00e1s numerosas cuando la actividad de nuestra estrella es intensa. Las auroras suelen realizarse en las altas latitudes, a pesar de eso, algunas muy fuertes pueden observarse incluso en bajas latitudes.<\/p>\n Sin embargo, estos fen\u00f3menos tan llamativos, como el de las auroras, hay que recordar, que se producen como consecuencia de tormentas solares,<\/strong> que desde luego presentan su faceta negativa. Hace algunos a\u00f1os, estas tormentas causaron graves apagones en una vasta zona de Canad\u00e1, y producir da\u00f1os a los sat\u00e9lites por parte de las part\u00edculas provenientes del Sol.<\/p>\n Por estas razones, actualmente las agencias espaciales<\/strong> intentan controlar el clima espacial para prevenir situaciones peligrosas, con la esperanza de intervenir a tiempo. Otro efecto interesante de los ciclos solares son las tormentas geomagn\u00e9ticas,<\/strong> que aumentan su probabilidad paralelamente a la actividad solar.<\/p>\n Hemos hablado poco sobre el origen del ciclo solar y en qu\u00e9 manera se manifiesta en otras estrellas. Primero, hay que decir que en nuestra \u00e9poca actual, si uno observase el Sol a trav\u00e9s de un telescopio \u00f3ptico,<\/strong> podr\u00eda notar la presencia de manchas solares, algunas a grupos y otras aisladas. La presencia m\u00e1xima de las manchas solares se ve a lo largo de once a\u00f1os, (por esta raz\u00f3n se habla de ciclo solar de once a\u00f1os<\/strong>), y su difusi\u00f3n no siempre es homog\u00e9nea en la superficie de nuestra estrella, ya que durante el \u00abM\u00ednimo de Maunder\u00bb<\/strong> sobredicho, la mayor\u00eda de las manchas se encontraba en el hemisferio sur del Sol.<\/p>\n La actividad de nuesta estrella no se desarrolla solamente en la zona de las manchas, sino incluso en otras capas, es decir, la fotosfera<\/strong> (m\u00e1s adentro), cromosfera<\/strong> y corona<\/strong> (hacia afuera). La corona es la parte m\u00e1s caliente, con temperaturas superiores al mill\u00f3n de grados, mientras la fotosfera tiene alrededor de 500 K.<\/strong><\/p>\n La actividad solar se puede observar sobre todo en la parte de la corona, aunque para verla se necesita de un telescopio de rayos X.<\/strong> Las regiones donde es m\u00e1s visible la actividad de nuestra estrella, est\u00e1 formada por grupos de bucles a muy alta temperatura. Puede ocurrir que estos bucles se quebren y que el Sol produzca part\u00edculas de material muy caliente que se dirigen, generalmente, hacia nuestro planeta, en particular en la zona de los respectivos polos, causando el fen\u00f3meno de las auroras polares.<\/strong><\/p>\n De todas formas, la pregunta principal es \u00bf por qu\u00e9 las manchas siguen o se distribuyen a lo largo de los ciclos solares?<\/strong> Desde luego, responder a esta pregunta no es f\u00e1cil, ya que observar la actividad de nuestra estrella es bastante complicado. Lo que s\u00ed, se puede hacer, es analizar la actividad de las otras estrellas, con el fin de conocer mejor a nuestro Sol. Acerca de las otras estrellas, podemos decir, que en los a\u00f1os sesenta se empez\u00f3 el proyecto en el observatorio estadounidense Monte Wilson,<\/strong> con el prop\u00f3sito de descubrir el ciclo de actividad en otras estrellas.<\/p>\n Los estudiosos notaron otras estrellas \u00abfr\u00edas\u00bb con temperaturas parecidas a la del Sol, y pensaron en controlar su cromosfera<\/strong> durante muchos a\u00f1os. Este estudio sigue actualmente y hasta ahora se han observado ciclos de otras estrellas entre dos y veinte a\u00f1os de duraci\u00f3n. Los resultados obtenidos hasta ahora nos permiten afirmar que las estrellas viejas tienen un ciclo de vida m\u00e1s regular con respecto a las j\u00f3venes, que presentan ciclos diferentes y no regulares. Adem\u00e1s, las estrellas j\u00f3venes<\/strong> tienen ciclos muy variables, o sea, pueden experimentar un ciclo de tres a\u00f1os de actividad y otro por ejemplo de diez, y sus ciclos son m\u00e1s cortos que las estrellas viejas.<\/p>\n Si hablamos, en cambio, de los ciclos del Sol,<\/strong> hay que decir que como estrella poco activa, tiene ciclos de actividad muy regulares y que duran mucho tiempo; y en su m\u00e1xima actividad vemos que el brillo se ve mejor en la fotosfera,<\/strong> aunque las manchas aparezcan en su superficie. Si hacemos referencia a las estrellas m\u00e1s jovenes y por lo tanto activas, como hemos mencionado antes, los ciclos aparecen m\u00e1s cortos y no regulares, y la fotosfera resulta menos brillante.<\/p>\n Pero en el caso de la corona,<\/strong> el estudio de sus ciclos es m\u00e1s complejo, ya que todav\u00eda no existen telescopios dedicados exclusivamente a ello. S\u00f3lo hace poco tiempo, los ciclos coronales que se conoc\u00edan eran el del Sol y de otras tres estrellas m\u00e1s. \u00c9stas, ten\u00edan una edad parecida a la del Sol, con ciclos de duraci\u00f3n muy similares.<\/p>\n De reciente, se ha publicado un estudio sobre el ciclo coronal de una estrella activa. La estrella se llama iota Hor,<\/strong> una estrella visible solamente en parte de Iberoam\u00e9rica. Iota Hor presenta el ciclo de actividad m\u00e1s corto conocido hasta ahora, es decir, 1,6 a\u00f1os,<\/strong> antecedente a otro m\u00e1s largo de siete a\u00f1os, con momentos de desfase despu\u00e9s de los cuales los ciclos vuelven a organizarse.<\/p>\n La estrella iota Hor es interesante sobre todo porque tiene una masa casi como la del Sol, y una edad de 700 millones de a\u00f1os,<\/strong> como la que ten\u00eda nuestra estrella al empezar la vida en la Tierra. Iota Hor, nos permitir\u00eda conocer c\u00f3mo eran los ciclos del Sol en aquella \u00e9poca, cuando se manifestaron las primeras actividades solares.<\/strong><\/p>\n Con lo dicho anteriormente, aparece muy probable que los ciclos solares tengan cierta influencia en nuestro clima. Si todo es verdad, la influencia es debida principalmente a la emisi\u00f3n de rayos UV <\/strong>y X.<\/strong><\/p>\n Resumiendo lo antedicho, podemos decir que las estrellas m\u00e1s j\u00f3venes tienen un nivel de actividad tan alto que no es posible observar ciclos regulares. Pero, cuando estos astros empiezan a girar menos rapidam\u00e9nte, la disminucci\u00f3n de regiones activas permite analizar ciclos, ya que var\u00eda la presencia de manchas en la superficie. Cuando la rotaci\u00f3n disminuye su velocidad, hay momentos en los que en estas estrellas no se consigue notar la presencia de manchas, por lo tanto sus ciclos son muy variables, como ocurre con nuestro Sol.<\/p>\n Sin embargo, la cantidad variable de radiaci\u00f3n que emite una estrella, seg\u00fan la duraci\u00f3n de sus ciclos, puede influir en el clima de un planeta, causando incluso variaciones en su atm\u00f3sfera.<\/strong> Es probable que en el futuro, profundizando el estudio sobre los ciclos, se pueda conocer, de manera anticipada, incluso los per\u00edodos mejores para hacer cosechas o sembrar nuestras tierras.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" ndo sus misterios a los f\u00edsicos y a los estudiosos; pero a pesar de eso, en este art\u00edculo hablaremos del ciclo de actividad de nuestra estrella, que de alguna manera tiene cierta influencia en la Tierra. 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El origen del ciclo solar y su presencia en otras estrellas<\/h2>\n
El estudio del ciclo de una estrella j\u00f3ven: iota Hor<\/h2>\n